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El escudo más antiguo de Madrid


El escudo más antiguo de Madrid

Bajando por la calle Segovia, en el número 21, hay un moderno edificio en el que –salvo que seas arquitecto o que estudies para ello– jamás te vas fijar. Pero en su fachada oeste, la que encara con el Viaducto, ostenta un anacrónico escudo para la juventud del inmueble. Es el escudo más antiguo de Madrid conservado al aire libre, el único que queda del que fuera primer Ayuntamiento de Madrid.

Escudo y edificio tienen sus propias historias. Pero para conocer el escudo, en un lienzo de sillares de lo que queda de la construcción original, hay que buscarlo en un tramo de las pinas escaleras que desde la calle Segovia alcanzan hasta la cuesta de Caños Viejos.

El escudo, altorrelieve labrado en piedra de granito y ya muy deteriorado, es una reconstrucción del siglo XVII de uno más antiguo del siglo XVI, aunque hay quien dice –equivocado– que es del siglo XIV. Con la barroca forma de ‘escudo español cinturado’, luce –como en el actual– la osa rampante sobre un árbol frutado con la bordura de siete estrellas, armas tomadas por el Concejo de la ciudad, en 1222, tras años de pleitos por la propiedad de los árboles de la región. Sobre el blasón, la corona real, otorgada por el emperador Carlos V cuando distinguió a la ciudad con los títulos de “coronada e imperial”. Lo completan soportes vegetales y un fauno sonriente en lugar de la inexistente divisa.

En la historia del edificio se mezclan leyenda y posible certeza. Porque el actual inmueble, construido en 1988 por el arquitecto Francisco Cabrero y premiado por el Colegio Oficial de Arquitectos, se levanta sobre el solar de la que fue llamada 'Casa del Pastor'.

Cuentan que allí vivía don José, arcediano muy dado a ayudar a pobres y enfermos, quien al verse cerca de la muerte testó que el heredero de su casa sería “la primera persona que entre en Madrid por la Puerta de la Vega en la madrugada de mi muerte". Y fue un pastor, con rebaño y perro, el afortunado que primero la atravesó, quién, tras recibir la casa en herencia, comprobó que el destino le había recompensado. El nuevo propietario había dado cobijo a don José cuando éste tuvo que huir de Madrid por problemas con la Santa Inquisición.

De lo que sí se tiene certeza –o casi, porque hay quien lo desmiente– es que el edificio original fue, durante algún tiempo, sede del Ayuntamiento trashumante de Madrid y Toledo y en él se celebró la primera reunión del Ayuntamiento de la Villa además de haber albergado un tribunal árabe en el siglo XI.

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